Hace años que me dí cuenta de que estaba loca por las escaleras, ¡me encantan, me chiflan, me hipnotizan! Para mí son una obra de arquitectura creativa que no tiene límites. Me podría pasar horas y horas viéndolas, y de hecho me pasa. Entro en Pinterest y una escalera me lleva a otra y a otra y a otra, y así subiendo y bajando se me pasan las horas como si fueran minutos. No se si tendrá algo que ver el dicho que dice que no se sabe si los gallegos subimos o bajamos, y por eso yo ni subo ni bajo, me quedo en las escaleras.
Esta obsesión con las escaleras la tenía clara, lo que es nuevo para mí es la pasión por los cajones. Antes simplemente los veía como contenedores de cosas, pero últimamente he visto muchas casas en las que los cajones representan la esencia de cada habitación, le dan una personalidad que sin ellos no tendrían.
Y ya si combinamos escaleras y cajones...
Y para el que no le gusten los cajones... también hay armarios.
Las hay de mil tipos, con barandilla, sin ella, con mampara, de caracol, rectas, de tres escalones, infinitas y todo lo que podamos imaginar. Incluso las hay que crean efectos ópticos.
Otras de mis grandes preferidas son las que guardan libros, porque convertir unas escaleras en una librería es un sueño para mí y seguro que para muchos de vosotros. Además de estar guardados y bien colocados quedan genial como decoración.
La siguiente escalera no guarda nada, pero nos lleva a un rincón precioso para perderse durante horas.
Por supuesto también sirven como elemento decorativo en nuestro hogar. Útiles y bonitas, no se puede pedir nada más.
Y por si aún no os he convencido de que os unáis a mi mundo de locura por las escaleras, os dejo la última foto que seguro que os termina de cautivar.
Patry,
